martes, 19 de agosto de 2008

Mestres d'aixa.

Desde los tiempos más remotos el Mediterráneo ha sido la única vía de comunicación, comercio y cultura de nuestras islas, es por eso que la construcción naval ha formado parte importante de nuestra historia. Los historiadores hablan de la existencia de atarazanas en Mallorca ya en la época musulmana.

Hoy queremos recordar la figura de los "Mestres d'aixa", carpinteros de ribera que a lo largo de siglos han construido las embarcaciones y que están absolutamente ligados a la cultura marinera, llamados así por el instrumento que emplean para moldear la madera (el hacha o azuela).

Ya en la Edad Media, la construcción de barcos era encargada a los mestres d’aixa que trabajaban sin plano alguno, ni modelos, sino que se basaban en una serie de reglas prácticas que les permitían memorizar las dimensiones del barco. Estas reglas y los conocimientos de cada Mestre eran guardadas con sumo secreto y se transmitían oralmente de generación en generación.

Lo que dio mucha fama a los carpinteros de ribera mallorquines fue la construcción de pailebotes durante el siglo XIX y principios del XX. También eran excelentes los de los maestros menorquines e ibicencos. El oficio tradicional, construyendo buques de madera, acabó durante la postguerra, cuando se decidió impulsar definitivamente la construcción de buques con casco de acero. En la actualidad no son muchos los carpinteros de ribera que quedan; se dedican a la construcción de pequeñas embarcaciones o a la reparación. Hoy en día hay pocos que se dedican al oficio.

La Balear es la barca de bou (pesca de arrastre) más antigua de las que se conserva en Mallorca y fue construida en los astilleros Ballester de Palma el año 1924. Ésta embarcación fue declarada Bien de Interés Cultural por la Comisión Insular de Patrimonio Histórico el 6 de abril del 1998.

Los alumnos de la Escola de Mestres d'Aixa del Consell de Mallorca, dirigidos por el maestro de Portocolom Jaime Cifre fueron los responsables de la restauración de la BALEAR. Del diseño y confección de las velas se encargó José Ferrà.

Esta semana, quienes hemos paseado por el muelle de las golondrinas, hemos podido disfrutar de la belleza y elegancia de su vela latina y sus casi 14 metros de eslora.

Magnífico trabajo de nuestros mestres d’aixa.

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